martes, 9 de marzo de 2010
Mira
Cada vez que sientas que tu vida tiene problemas, mira la foto, o lee esta historia.
En Marzo de 1993, el fotógrafo sudafricano Kevin Carter visitó la región de Darfur, al sur de Sudán, para hacer un reportaje sobre el movimiento rebelde en la región. Sin embargo, al llegar y encontrarse con los horrores del Hambre, comenzó a retratar a sus víctimas. En la aldea de Ayod se encuentró con una niña de unos 4 o 5 años, que iba de camino a un centro de refugiados. Carter tomó varias fotos, y al retirarse, observó como la niña se paraba a descansar, y un buitre se paró a su lado, esperando.
Según cuenta el propio Carter, después de tomar varias fotos y esperar durante veinte minutos (por si el buitre desplegaba sus alas, aumentando así el dramatismo de la imagen), ahuyentó al buitre y cuando la niña siguió su caminio se alejó del lugar, se sentó debajo de un árbol y se echó a llorar.
El 23 de marzo la foto apareció publicada en el New York Times, levantando una oleada de preocupación por la suerte de la niña. Tan sólo se sabe, según publicó el NYT, que la niña siguió caminando tras alejarse el buitre. No se sabe si llegó al centro de distribución de alimentos, a apenas cien metros.
Fue acompañado de Joao Silva como Carter llegó a Sudán. Según éste, después de tomar la imagen, Carter cayó en una depresión y repetía que quería abrazar a su hija, de corta edad por aquel entonces. Durante los meses siguientes comentó en varias ocasiones a sus allegados que se arrepentía profundamente de no haber hecho nada por la niña.
En mayo de 1994, catorce meses después de realizar la foto, Kevin Carter recogía en Nueva York el Pulitzer de fotografía de ese año, y llegaba a un acuerdo con Sygma, una de las agencias de fotografía más importantes del mundo. Dos meses después, aparcaba su furgoneta cerca del río donde jugaba de niño, enchufaba una manguera al tubo de escape y se suicidaba a los 33 años.
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